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sábado, 25 de febrero de 2012

Rima V



Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.

Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.

Yo soy el fleco de oro
de la lejana estrella,
yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.

Yo soy la ardiente nube
que en el ocaso ondea,
yo soy del astro errante
la luminosa estela.

Yo soy nieve en las cumbres,
soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares
y espuma en las riberas.

En el laúd, soy nota,
perfume en la violeta,
fugaz llama en las tumbas
y en las ruïnas yedra.

Yo atrueno en el torrente
y silbo en la centella,
y ciego en el relámpago
y rujo en la tormenta.

Yo río en los alcores,
susurro en la alta yerba,
suspiro en la onda pura
y lloro en la hoja seca.

Yo ondulo con los átomos
del humo que se eleva
y al cielo lento sube
en espiral inmensa.

Yo, en los dorados hilos
que los insectos cuelgan
me mezco entre los árboles
en la ardorosa siesta.

Yo corro tras las ninfas
que, en la corriente fresca
del cristalino arroyo,
desnudas juguetean.

Yo, en bosques de corales
que alfombran blancas perlas,
persigo en el océano
las náyades ligeras.

Yo, en las cavernas cóncavas
do el sol nunca penetra,
mezclándome a los gnomos,
contemplo sus riquezas.

Yo busco de los siglos
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.

Yo sigo en raudo vértigo
los mundos que voltean,
y mi pupila abarca
la creación entera.

Yo sé de esas regiones
a do un rumor no llega,
y donde informes astros
de vida un soplo esperan.

Yo soy sobre el abismo
el puente que atraviesa,
yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra,

Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.

Yo, en fin, soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta.


Gustavo Adolfo Bécquer 

martes, 7 de febrero de 2012

VIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE GRANADA, DEDICADO A CARLOS MARTINEZ RIVAS




Del 12 al 19 de febrero de este año, se estará celebrando en Granada, Nicaragua el VIII Festival Internacional de Poesía, que este año será en homenaje al Poeta Carlos Martínez Rivas y en saludo a los 100 años del Poeta Pablo Antonio Cuadra, dos de los poetas más importantes que han surgido en Nicaragua.

Carlos Martínez Rivas, por casualidades de la vida nació en Guatemala, nicaragüense de pura cepa inició su educación en Granada, ciudad que él mismo pediría fuese su última morada. Para muchos críticos literarios es considerado el sucesor de Rubén Darío, con una su poesía que deslumbra y muestra en todo su esplendor la cultura y habilidad literaria de este gran poeta. La poesía y el arte sin duda fueron su paraíso siempre recobrado y la causa de que ir por este mundo siendo un insurrecto solitario.
Del 12 al 19 de febrero del 2012, un homenaje más que merecido en la tierra que cobija los restos físicos y espirituales de alguien que nació y que nunca ha muerto.

En 1947, dedicó un poema a Joaquín Pasos, en la que celebra no su muerte, sino su vida:

CANTO FÚNEBRE A LA MUERTE
DE JOAQUÍN PASOS
I
Con el redoble de un tambor
en el centro de una pequeña Plaza de Armas,
como si de los funerales de un Héroe se tratara;
así querría comenzar. Y lo mismo
que es ley en el Rito de la Muerte,
de su muerte olvidarme y a su vida,
y a de los otros héroes apagados
que igual que él ardieron aquí abajo, volverme.

Porque son muchos los poetas jóvenes que antaño han
                                                                                                 (muerto.
A través de los siglos se saludan y oímos
encenderse sus voces como gallos remotos
que desde el fondo de la noche se llaman y responden.

Poco sabemos de ellos: que fueron jóvenes y hollaron
con sus pies esta tierra. Que supieron tocar algún
                                                                                  (instrumento.
Que sintieron sobre sus cabezas el aire del mar
y contemplaron las colinas. Que amaron a una muchacha
y a este amor se aferraron al extremo de olvidarse de ellas.
Que todo esto lo escribían hasta muy tarde, corrigiéndolo
                                                                                                       (mucho,
pero un día murieron. Y ya sus voces se encienden en la
                                                                                                         (noche.

II

                Sin embargo nosotros, Joaquín, sabemos
tanto de ti. Sé tanto… Retrocedo
hasta el día aquel en brazos de tu aya
en que, de pronto, te diste cuenta de que existías.
Y ante ese percatarse fuiste y fueron tus ojos
y el ver más puro fue que hasta entonces sobre
los seres se posara. No obstante, los mirabas
sólo con una boba pupila sin destino,
sin retenerlos para el amor o el odio.
(Aún tus mismas manitas sabían ser más hábiles
en eso de coger un objeto y no soltarlo).
Una mañana te llevaron a una peluquería, en donde
te sentaron muy serio, y todo el tiempo
te portaste como una caballerito
y bromearon contigo los clientes. Todo esto
mientras te cortaban los bucles y te hacían
parecer tan distinto.
A la calle saliste después. A la otra calle
y a la otra edad, en la que se le pintan
bigotes a la Gioconda de Leonardo
y se es greñudo y cruel…
Mas luminosa irrumpe pronto la juventud.

Después, todos sabemos lo demás: el impuesto
que las cosas te cobraban. el fluir de los seres
que a tu encuentro acudían por turno, cada uno
con su pregunta
a la que tú debías responder con un nombre
claro, que en sus oídos resonara distinto
entre todos los otros, y poder ser sí mismos;
como sabemos que a Iaokanann llegaban
los hombres más oscuros, a recibir un nombre
con el que desde entonces
pudiera ser llamados por Dios en el desierto.

Y ese fue en adelante tu destino. Por el que no podrías
ya nunca más mirar libremente la tierra.
Un mal negocio, Joaquín. Por él supiste
que ante todas las cosas en que te detuvieras
el tiempo mandado, temblarías. Que bastaba mirarlas
con los ojos que se te dieron un tiempo decoroso
para que se tornaran atroces:

                                                               el fulgor de un limón.
El peso sordo de una manzana.

El rostro pensativo del hombre.

Los dos senos jadeantes, pálidos, respirando
debajo de la blusa de una muchacha que ha corrido;
la mano que la alcanza. Hasta las mismas palabras…
Todo había una esencia dentro de sí. Un sentido
sentado en su centro, inmóvil, repitiéndose
sin menguar ni crecer,
siempre lleno de sí, como un número.

Y esa lista de nombre y esa suma total tú la tendrías
que hacer para el día de la ira o el premio.
Y al hacerla, pasar tú a ser ella misma.
Porque también te dieron a ti un nombre. Para
que de todo eso lo llenaras como una vaso precioso.
Que de tal modo dentro de ti lo incluyeras
—las noches estrelladas, las flores,
los tejados de las aldeas vistos desde el camino—
que al nombrarlos te nombraras
tú suma total de cuanto vieras.

Y para todo eso sólo se te dieron palabras,
verbos y algunas vagas reglas. Nada tangible.
Ni un solo utensilio de esos que el refriegue
ha vuelto tan lustrosos. Por eso pienso que
quizás –como a mí a veces—te hubiese gustado más
                                                                                              (pintar.

Los pintores al menos tienen cosas. Pinceles
que limpian todo los días y que guardan en jarros
de loza y barro que ellos compran.
Cacharros muy pintados y de todas las formas
que ideó para su propio consuelo el hombre simple.
O ser de aquellos otros que tallan la madera;
los que en un mueble esculpen una ninfa que danza
y cuya veste el aire realmente agita.

Pero es cierto que nunca
rigió el hombre su propio destino. Y a la dura
tarea mandada te entregaste del modo
más honorable que he conocido. Eso sí,
tú sabías bien en qué te habías metido.

A los obreros viste cuando van a la tienda. Observaste
cómo examinan ellos las herramientas y palpan el filo
y entre todas eligen una, la única: la esposa
para el alto lecho de los andamios.

De este modo elegías tú el adjetivo,
la palabra, y el verso cuyos rítmicos
pasos como los de una enemigo acechabas.
Hacer un poema era planear un crimen perfecto.
Era urdir una mentira sin mácula
hecha verdad a fuerza de pureza.

III

Pero ahora te has muerto. Y el chorro de la gracia
                                                                                      (contigo.

Más dicho está, que nunca permitió Dios que aquello
que entre los mortales noblemente ardiera
se perdiese. De esto vive nuestra esperanza.

Difícil es y duro el luchar contra el Olimpo
acuoso de las ranas. Desde muy niños son
entrenados con gran maestría par el ejercicio de la Nada.

Mucho hay que afanarse porque lo otro
sea advertido. Y aun así, pocos son
los que entre el humo y la burla lo reconocen.

Pero, con todo perseveramos, Joaquinillo. Descuida.

Redoblaremos nuestro rencor ritual, el de la cítara.
Nuestro alegre odio con saltitos.
La nuestra víbora de los gorjeos.

Y el amor ganará.
Tú deja que tu sueño mane tranquilo.

Y si es que a algo has hecho traición muriendo,
allá tú.
No seré yo quien vaya a juzgarte. Yo, que tantas
veces he traicionado.

                                                                                   Por eso
no levanto mi voz tampoco contra la Muerte.
La pobre, como siempre, asustada de su propio poder
y de tantos ayes en torno al muerto, enrojece.

Tu muerte solamente tú te la sabes.
No atañe a los vivos su enigma, sino el de la vida.
Mientras vivamos sea ella olvidada como si eternos
(fuéramos,
y esforcémonos.
Tú, desde el Orco, gallo, despiértanos.


IV

Y a igual manera que las abejas de Tebas
--conforme el viejo Eliano cuenta—iban
a libar miel en labios del joven Píndaro;
llegue este canto hasta la pálida cabeza.
En tu pecho se pose y tu pico su pico hiera
sorbiendo fuego. En torno de tu frente aletee
tejiendo sobre ella una invisible corona.

Sus alas bata con más fuerza y hiendan
un espacio más alto sus nobles giros.
El esfuerzo repita. Y otra vez. Y otra… Y su vuelo
por el cielo se extienda en anchos círculos.

lunes, 6 de febrero de 2012

96 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL PRINCIPE DE LAS LETRAS CASTELLANAS


 
Hace 96 años Rubén Darío, Padre del Modernismo y Príncipe de las letras castellanas, partió a la inmortalidad, dejando un legado literario imperdurable que hasta el día de hoy sigue influenciando a poetas y escritores de habla hispana.

En julio de 1988, publica el Libro Azul, el primer gran impulso para el Modernismo Hispano, fue la obra que llevaría a Darío a consagrarse como uno de los Poetas más geniales de su tiempo, según expresaban los Críticos Literarios del momento . Otra de sus grandes obras es publicada en 1896 “Los Raros”, ese mismo año también publicó la obra con la que verdaderamente se impuso como el más grande precursor del Modernismo Hispano, “Prosas Profanas y Otros Poemas”, siendo muy bien recibida, a pesar de no cumplir con las expectativas del Poeta en cuanto a la popularidad inmediata que él esperaba. Su tercer obra en importancia es publicada en 1905 “Cantos de Vida y Esperanza”, de la cual se desprende “A Roosevelt”, Poema Profético que describiría la realidad de la Política actual de los Estados Unidos de América; y el Canto de Vida y Esperanza, en el cual Darío revela su eterno sufrimiento durante casi toda su vida. El Poeta Niño, falleció el 06 de febrero de 1916 a los 49 años de edad.

Rubén este mundo no te olvida, esos versos que nos dejaste no se borran, nos legaste tu alma entera en nuestra propia alma, nos toca a nosotros guardar tu verso azul, cantar tus prosas profanas y hacerlas vida y esperanza.

Oda a Roosevelt
Rubén Darío, Nicaragua 1867-1916

Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman
que habría de llegar hasta ti, Cazador,
primitivo y moderno, sencillo y complicado,
con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
eres culto, eres hábil, te opones a Tolstoi.
Y domando caballos, y asesinando tigres,
eres un Alejandro-Nabucodonosor.
(Eres un profesor de Energía
como dicen los locos de hoy)

Crees que la vida es incendio,
que el progreso es erupción,
que en donde pones la bala
el porvenir pones.
No.

Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis, se oye como el rugir del león.
Ya Hugo a Grant lo dijo: las estrellas son vuestras.
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol
y la estrella chilena se levanta... ) Sois ricos
Juntáis al culto de Hércules el culto a Mammón,
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.
Más la América nuestra, que tenía poetas
desde los tiempos de Netzahualcóyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida
cuyo nombre nos viene resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del grande Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
La América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
"Yo no estoy en un lecho de rosas"; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser, por Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.
Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!


Melancolía 

“Hermano, tu que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas,
ciego de ensueño y loco de armonía.

Ese es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.

Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía ? "

sábado, 4 de febrero de 2012

LA AMERICA DE JOSÉ MARTÍ




Para José Martí la libertad es la religión definitiva, es decir la cúspide de la realización humana. Se podría tener los tesoros más valiosos del planeta, pero sin libertad de nada sirven. En su Ensayo “Nuestra América”, Martí se refiere precisamente a esa América sin barras, ni estrellas, ni franjas rojas y amarillas, a la América Latina, ultrajada por los intereses imperialistas de las potencias de turno.


Es precisamente un elemento de la obra de Martí, el destacar el latinoamericanismo, la lucha de los pueblos de américa por su libertad. Esta idea revolucionaria, lo llevó a distinguir, a ceñir y apartar de nuestra América, a la América “que es solo para Americanos”, a la América imperialista (USA). La visión de Martí sobre lo que significa la libertad de América es amplia y quizá muy diferente a otros autores, ya que Martí no solo ve en Estados Unidos una amenaza a nuestra cultura, sino en la misma España.


Los planteamientos de Martí suenan utópicos, en una América que depende económicamente de los grandes imperios, quienes se dan el lujo de violentar la soberanía de nuestro pueblo por las migajas que comparten. Nuestro territorio fue saqueado por los “conquistadores”, acumularon nuestras riquezas y se robaron por un tiempo nuestra dignidad, haciendo de estos pueblos, su colonia o patio trasero ante la ausencia de líderes que defendieran con coraje nuestra libertad.

¿Existe una América sin Estados Unidos?

Esas son las pretensiones de los nuevos líderes de la América de Martí, encabezados por el Presidente Hugo Chávez de Venezuela, igualmente respaldado por nuestro Presidente el Comandante Daniel Ortega, al respecto ya se han dado grandes avances como la creación Organismos Regionales Económicos como el ALBA y Políticos como la CELAC. Si bien es cierto, la creación de estos Organismos fortalecen la unión de los pueblos latinoamericanos, es hasta cierto punto repugnante tener que aislarnos de nuestros hermanos del norte por su conducta imperialista y ofensiva a nuestras naciones, y al parecer esta situación perdurará por largos siglos porque los EEUU no dan indicios de querer cambiar su política exterior.