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martes, 30 de noviembre de 2010

¿QUÉ LE CAUSA ALEGRÍA A DIOS?



El pasado domingo 28 de noviembre, se inició la Festividad Religiosa más grande de Nicaragua, como lo es el Novenario en honor a la Inmaculada Concepción de María que culmina con la celebración de la Gritería, en la cual se entregan dulces y juguetes a los niños y adultos que acuden a los Altares a gritar ¿Quien Causa tanta Alegría? La Concepción de María. Eso en una parte de Nicaragua, porque en Granada, mi Ciudad, la celebración tiene otro itinerario, pues cada calle reúne cierta cantidad de dinero que ocupa en hacer un altar y una carrosa que a eso de las 09:00 de la noche traslada la imagen de la Virgen a la Catedral de Granada. 



Mi familia es Católica practicante, como la mayoría de las familias en Nicaragua, por lo que estas tradiciones religiosas siempre han estado presente, sin embargo, como una vez diría Einstein, nada es absoluto todo es relativo, hay ciertas cosas con las cuales no converjo, como por ejemplo el hecho de que las personas mas que por fe, asisten a los novenarios por lo que les dan, pero bueno al fin que Jesucristo dijo dad de comer al hambriento y esto es justificable, pero en el otro caso, que es el que atañe a mi familia y a mi, debo decir que no lo entiendo, como puedes gastar tanto dinero en un altar, arreglo florales, banderas, luces, juegos artificiales y lo que se le ocurra al responsable para una imagen, cuando en la Ciudad hay cientos de niños muriendo de hambre, deambulando en las Calles, sin una sola esperanza ¿Acaso no sería feliz la virgen si se gastara ese dinero en comida para esos niños, en crearles un refugio que los proteja y los ayude hacer hombres y mujeres de bien? 

Eso es lo que pienso, no necesariamente todos tienen que estar de acuerdo conmigo, pero me ha costado casi toda mi vida, darme cuenta hoy, que la fe no es arrodillarnos ante una imagen –hecha por un hombre para formularnos una idea de cómo era Cristo o su madre, pero no para suplir lo que representa-, no es ir a la iglesia, golpearnos el pecho y al salir de ella calumniar a los vecinos, seguir siendo egoísta, dejarnos llevar por la envidia y la ira. Y así nos olvidamos de la parte de Dios que no se ve, su Espíritu, nuestro Espíritu, considero que Dios ve realizada su misión mucho más cuando en vez de ir a dormirnos a la iglesia o ponerle flores en un altar ayudamos a alguien que lo necesita, cuando somos sensibles al dolor ajeno, cuando damos de comer al hambriento, cuando compartimos lo más profundo de nuestro corazón con los demás. 



Lamentablemente ni siquiera los Jerarcas de las Iglesias –todas- saben verdaderamente lo que es la fe, porque sus acciones discrepan mucho con la doctrina que nos dejó Cristo “Sean Humildes y mansos de corazón” “Den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, la humildad es algo que no conocen, al contrario se movilizan en vehículos de lujos, construyen templos majestuosos y en vez de emplear discursos que unan al mundo, dicen palabras de odio, discriminación e indiferencia que crean discordias entre las personas, lo peor es que ofenden a sus fieles y no se dan cuenta, en nombre de la fe se creen Dios para juzgar a los demás, cuando ni siquiera tienen tolerancia para comprender que existen personas que piensan diferente, porque Dios nos dio razón a todos, no a cierta parte, me parecen tan ridículos cuando pretenden hacer que las personas piensen exactamente como ellos, por eso es que cada día hay menos personas en los Templos y más que se declaran sin religión pero creyentes en un Dios que es puro, que no lo tienta la carne de los jóvenes, ni se alimenta del diezmo del trabajo de sus fieles, que es sabiduría, no prepotencia, que es unión, no distancia, que es comprensivo, no soberbio, que perdona, ama y no juzga, que nos conoce de pies a cabeza hasta lo más dentro de nuestra alma. 



Sigamos a Dios no por tradición, sino por fe. 

Evangelio según San Lucas 

Capitulo 18 


18 Le preguntó cierto hombre principal, diciendo: 

-Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna? 

19 Y Jesús le dijo: 

-¿Por qué me llamas "bueno"? Ninguno es bueno, sino sólo uno, Dios. 20 Tú conoces los mandamientos: No cometas adulterio, no cometas homicidio, no robes, no digas falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre. 

21 Entonces él dijo: 

-Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 

22 Jesús, al oírlo, le dijo: 

-Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 

23 Entonces él, al oír estas cosas, se entristeció mucho, porque era muy rico. 


24 Jesús, al ver que se había entristecido mucho, dijo: 

-¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 25 Porque más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios. 

26 Los que oyeron esto dijeron: 

-¿Y quién podrá ser salvo? 

27 El les dijo: 

-Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. 

28 Entonces Pedro dijo: 

-He aquí, nosotros hemos dejado lo nuestro y te hemos seguido. 

29 Y él les dijo: 

-De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios, 30 que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en la edad venidera, la vida eterna. 

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