Para José Martí la libertad es la religión definitiva, es decir la cúspide de la realización humana. Se podría tener los tesoros más valiosos del planeta, pero sin libertad de nada sirven. En su Ensayo “Nuestra América”, Martí se refiere precisamente a esa América sin barras, ni estrellas, ni franjas rojas y amarillas, a la América Latina, ultrajada por los intereses imperialistas de las potencias de turno.
Es precisamente un elemento de la obra de Martí, el destacar el latinoamericanismo, la lucha de los pueblos de américa por su libertad. Esta idea revolucionaria, lo llevó a distinguir, a ceñir y apartar de nuestra América, a la América “que es solo para Americanos”, a la América imperialista (USA). La visión de Martí sobre lo que significa la libertad de América es amplia y quizá muy diferente a otros autores, ya que Martí no solo ve en Estados Unidos una amenaza a nuestra cultura, sino en la misma España.
Los planteamientos de
Martí suenan utópicos, en una América que depende económicamente de los grandes
imperios, quienes se dan el lujo de violentar la soberanía de nuestro pueblo
por las migajas que comparten. Nuestro territorio fue saqueado por los
“conquistadores”, acumularon nuestras riquezas y se robaron por un tiempo
nuestra dignidad, haciendo de estos pueblos, su colonia o patio trasero ante la
ausencia de líderes que defendieran con coraje nuestra libertad.
¿Existe una América
sin Estados Unidos?
Esas son las
pretensiones de los nuevos líderes de la América de Martí, encabezados por el
Presidente Hugo Chávez de Venezuela, igualmente respaldado por nuestro
Presidente el Comandante Daniel Ortega, al respecto ya se han dado grandes
avances como la creación Organismos Regionales Económicos como el ALBA y Políticos
como la CELAC. Si bien es cierto, la creación de estos Organismos fortalecen la
unión de los pueblos latinoamericanos, es hasta cierto punto repugnante tener
que aislarnos de nuestros hermanos del norte por su conducta imperialista y
ofensiva a nuestras naciones, y al parecer esta situación perdurará por largos
siglos porque los EEUU no dan indicios de querer cambiar su política exterior.
Evidentemente, pensar en América sin EUA sería una torpeza. El más grande, agresivo y ambicioso imperio situado en nuestra América no es capaz de sobrevirir en autarquía, los recursos los toma de nuestros pueblos y por tal razón, tendremos que vivir con los ojos bien abiertos para responder ante el acecho permanente de éste.
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