El Poeta Cura Azarías H. Pallais, nació en la Ciudad de León, Nicaragua un 3 de noviembre del año 1884, de ascendencia Francesa, estudió en el Seminario de San Sulpicio de París y en la Universidad de Lovaina en la República de Bélgica. Fue ordenado sacerdote en 1908. Realizó en la Universidad Apolinaria de Roma, Italia, un Doctorado en Teología.
Como un Ave que vuelve a su nido regresó a su Natal León, para ser Catedrático en el Seminario de esta ciudad. En 1916, brindó el discurso más memorable e histórico en los Funerales del Príncipe de las Letras Castellanas Rubén Darío. Se Convirtió en Director del Instituto Nacional de Occidente y Miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua, sin apartarse de su carrera sacerdotal, siendo nombrado Párroco de Corinto en el año 1938.
Definitivamente este grande de la Literatura Hispana, nació para no morir nunca, sus alas divinas han permanecido intactas hasta el día de hoy, influenciado por los versos bíblicos, convirtió a la Poesía en una espiritualidad exquisita con toques de liberalidad –fue defensor de la Teoría de la Liberación-, así Nicaragua atrapada en el tiempo sería el mejor escenario para que desbordara su mensaje rebelde y esperanzador, que transformaron el pensamiento literario y religioso de una nación.
En los versos del Padre Pallais hay una plegaria universal por la igualdad y amor hacia Dios y nuestros semejantes, por la paz y la honestidad pero sobre todo una lucha por reventar las cadenas del imperialismo y deshonestidad de su tiempo.
Entre sus Obras mas destacadas se encuentran: Ala sombra del agua, 1917; Espuma y Estrellas, 1919; El libro de las Palabras Evangelizadas, 1927; Bello tono menor, 1928; Caminos, 1927; Epístola católica a Rafael Arévalo Martínez, 1946; Piraterías, 1951.
Falleció en al año 1954, como todos lo grandes, olvidado, en la parroquia de Corinto, en la cual fue despedido como pregonaba sin lujos y sin nada material.
Este año, el VI Festival Internacional de Poesía de Granada, está dedicado a este baluarte de la Poesía Hispana, un Homenaje más que merecido para alguien que dejó versos que inspiran a la vida y a morir por la verdad.
Ahora que estás iluminado
Ahora que estás iluminado
hueles tanto, que nunca las más perfectas rosas
supieron hasta dónde llega tu buen olor;
como la Magdalena, tus manos olorosas
ya tocan los fragantes pies de Nuestro Señor,
ahora que estás iluminado.
hueles tanto, que nunca las más perfectas rosas
supieron hasta dónde llega tu buen olor;
como la Magdalena, tus manos olorosas
ya tocan los fragantes pies de Nuestro Señor,
ahora que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado
es de cielo tu boca, son de gloria tus labios,
pues gustan en la mesa del reino. Tontería
el néctar de los dioses, el vino de los sabios
y las viandas insulsas de la teosofía,
ahora que estás iluminado.
es de cielo tu boca, son de gloria tus labios,
pues gustan en la mesa del reino. Tontería
el néctar de los dioses, el vino de los sabios
y las viandas insulsas de la teosofía,
ahora que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado
tocas al Que nos toca divinamente. ¡Manos
más dichosas las tuyas!, tus manos tocadoras.
Tocas, estás tocando con tus dedos cercanos,
a Jesús, el Espejo sin mancha de las horas,
ahora que estás iluminado.
tocas al Que nos toca divinamente. ¡Manos
más dichosas las tuyas!, tus manos tocadoras.
Tocas, estás tocando con tus dedos cercanos,
a Jesús, el Espejo sin mancha de las horas,
ahora que estás iluminado.
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