Como integrante de la gran
familia católica de este país, recibí con mucha consternación la noticia sobre
el asesinato del padre Marlon Pupiro, Párroco de La Concepción, Departamento de
Masaya, creo que aun hoy, no logro explicarme cómo es posible que alguien pueda
privar de la vida a un semejante, máxime cuando este ha vivido para servir a la
comunidad y era merecedor del aprecio y respeto de los lugareños.
A raíz de este condenable
hecho, han surgido las más burdas y ofensivas teorías, tales como, que el Gobierno fue quien
planeó su ejecución o que el Padre Pupiro era homosexual y mantenía una relación
sentimental con el homicida. En verdad nos ha consternado este suceso pero la consternación
no da lugar a la conspiración o especulación.
Diversos sectores, según sus
propios intereses, han utilizado y manipulado esta noticia, haciendo creer que
existe algo más que la violencia que nos acecha detrás de este asesinato.
Que el Gobierno tuvo algo
que ver en esto, no tiene ningún fundamento, porque si analizamos más allá de
los ecos que escuchamos en los medios de comunicación, justo en estos momentos
la Iglesia Católica goza de grandes relaciones con este Gobiernos o al menos
una gran parte de ella, tal es el caso del Cardenal Miguel Obando, que aunque
esté en retiro es el de mayor influencia en Nicaragua y aunque existieran
diferencia entre el clero nicaragüense, como personas y servidores a los
ideales de Cristo “la otra iglesia” encabezada por el Cardenal Obando hubiese
condenado y denunciado la actuación del Gobierno. Por otra parte existen otros
sacerdotes, que realizan críticas públicas, quizá demasiado excesivas al
Gobierno y no han sido agredidos, por lo tanto es ilógico que alguien pueda
afirmar con certeza y sin miedo a equivocarse que este Gobierno es responsable
de la muerte del Padre Pupiro.
Ahora bien, en lo que
respecta a lo que muchas personas afines a otras religiones han afirmado, es
muy fácil criticar, ofender y destruir el honor de alguien que no puede
defenderse, ni desmentir las palabras de odio de los demás, ¿Qué hacía el padre
en un hotel en la madrugada?, quizá solo lo sepa, pero esto no quiere decir que
haya una historia vergonzosa, al contrario él era un ser humano como cualquiera
de nosotros, con derecho a tener una vida privada, en el lugar y en la
condición en que hubiese estado, nadie absolutamente nadie tenía el derecho de
quitarle la vida, y hoy nadie tiene el derecho de utilizar su figura como medio
para sus fines y mucho menos de tratar de denigrar su honra y su obra,
recordada con esmero por los concheños.
A poco más de un mes para
las elecciones en Nicaragua, pareciera que hay personas que urgen de sembrar o
de hacer pensar a nacionales y extranjeros que nuestro país vive una situación de
caos, la cual no existe. Este crimen pasa a engrosar la lista de personas que
son asesinadas, producto de la violencia y falta de valores espirituales que
nos acecha hoy en día, cabe recalcar que hay un criminal “confeso” en prisión,
gracias a la policía más eficaz de la región.
Padre Marlon Pupiro descanse
en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario