EL CRISTO QUE CRUCIFICAMOS CADA SEMANA SANTA

A veces pienso que el mundo es mejor ahora que hace dos mil años, que el sacrificio del hijo de Dios valió la pena, que la humanidad es un poco más   sensible, aunque otros días pienso lo contrario. Y es que 2,000 años después que Jesucristo cambiara el mundo, aun muchos somos indiferentes a su mensaje, creemos que el sufrimiento de nuestros hermanos no es el nuestro propio, que los millones de personas que sufren hambre y sed no son nuestro problema, que los ríos de sangre a causa de la guerra son necesarios para conseguir la paz, que los niños nacen para trabajar y peor aún para abusar y comerciar con ellos, que los Recursos Naturales son inagotables, que la fe es una mercancía y  que el hombre es el Dios de la tierra.

De que Dios existe, no me cabe la menor duda, sin embargo puedo asegurar que si Cristo viniera otra vez en nuestro tiempo moderno lo volveríamos a crucificar, como lo hacemos cada año cuando ignoramos las necesidades de los demás, cuando pensamos que la Semana Santa es solo para vacacionar, cuando nos olvidamos que un hombre con todas nuestras características dejó a un lado su grandeza y murió azotado, golpeado y desangrado en una cruz para no solo limpiar nuestros pecados sino dejar un ejemplo de entrega absoluta. Lamentablemente es naturaleza del ser humano cometer más de una vez el mismo error, ahora no es Caifás el que niega y persigue al hijo de Dios, ahora son los Catedráticos, los Jueces, los profesionales, porque nos enseñan en la Universidad que Dios no existe, que la religión no es mas que unas cadenas que atan la inteligencia del ser humano y que solo el conocimiento científico es el que nos libera y nos lleva a la verdad, ridiculizando a aquellos que saben que solo Cristo es el Camino a la verdad, que solo quien lo conoce  tiene la fuerza de dejar este mundo con satisfacción.

Y me pregunto yo, ¿Habrá quien niegue otra vez a Cristo?, ¿Cuántas Verónicas limpiarían ahora el rostro de Cristo?, ¿Cuántos Cirineos ayudaría, en estos tiempos a Cristo a cargar su Cruz?, ¿Se repetiría  los  mismos héroes de la historia original?, creo que sí, porque  a pesar de la maldad, siempre habrán Verónicas y Cirineos que nos den aliento y nos ayuden a cargar nuestra cruz, así encontramos  a la Madre Teresa de Calcuta, a Mahatma Gandhi, Martin Luther King Jr, al Papa Juan Pablo Segundo, en nuestro País Sor María Romero y muchos otros, que le dieron  esperanzas a quienes no tenían, alimentaron con pan y amor a los hambrientos, recompensando de esta manera el sacrificio de Cristo.

Hasta este punto, he dejado claro mi filiación con la religión Católica, aunque respeto a los que profesan otras religiones  que enaltecen a Cristo, pero no por esto estoy de acuerdo con la pasividad que han mostrado los altos Jerarcas de la Iglesia Católica ante los actos de corrupción que están afectando a la Iglesia, cuyas principales victimas son niños a los  que se les ha violentado todos sus derechos, principalmente su integridad moral y  física. A pesar de estos actos condenables no pierdo mi fe y no porque sea de esas que mueven montaña, aún me falta mucho, sino porque no creo que los Sacerdotes sean seres divinos, simplemente son como cualquier ser humano, yo creo en Cristo, el único que es perfecto, puro, incorruptible, no tengo que cambiar de religión para encontrarlo porque siempre está conmigo. A mi parecer la Iglesia debe ser más cuidadosa en aceptar a las personas interesadas en ejercer el sacerdocio, ya que debe tener una vocación de servicio inmensa, una fe profunda y sobre todo una entrega completa a Dios, sino se cuenta con estas condiciones es mejor ni pensar en ser Sacerdote y si no se observan estas características se debe rechazar a los aspirantes, preferiblemente 4 Sacerdotes que sirvan de corazón antes que 100 delincuentes con sotanas.

Pero así como encontramos estos sujetos que dañan la imagen de la Iglesia, encontramos muchos más que a diario la enaltecen.

¿Cuántas veces más habrá que crucificar a Cristo para confiar en él?